¿TE IMAGINAS CÓMO SERÍA LA VIDA SI RECORDÁRAMOS TODO?
Es muy
normal que al final del año paremos a pensar cómo se ha escrito un capítulo más
de nuestra vida. Hemos vivimos acontecimientos lindos, cosas que jamás nos
imaginamos; y por otro lado malos momentos.
Hace
tiempo, la revista New Scientist publicó el caso de una mujer que recordaba
prácticamente todo lo que había vivido. Sus recuerdos eran ‘constantes,
incontrolables y agobiantes‘, así los describió. Estaba sobrecargada.
La
mayoría no experimentamos eso. Eso es un gran alivio. De hecho nuestro cerebro
está diseñado para olvidar.
Los
expertos aseguran que el cerebro tiene la capacidad de borrar información que
no es importante o es anticuada. La revista explica que “la eliminación de
datos es una tarea crucial que indica el buen funcionamiento de la memoria“. Y
cuando olvidamos algo útil eso significa que dicho sistema de limpieza es
demasiado eficaz.
Cómo
se explicó anteriormente todos necesitamos olvidar para administrar los
recuerdos de nuestro cerebro que adquirimos durante toda la vida.
1. LA MEMORIA NO
SE DETERIORA:
Aunque
tras conocer enfermedades como el Alzheimer o sentir en algunas ocasiones que
no llegamos a recordar algo, eso no significa que nuestra memoria haya entrado
en decadencia, pero según las últimas investigaciones esto no es así. Lo que
sucede es que realmente, nuestra memoria no tiene límites, funciona como
un gran almacén, pero los recuerdos que no necesitamos usar día a día cada vez
son más complicados de recordar. Precisamente por eso, porque no son necesarios
de forma continúa.
Ahora
alguno se puede preguntar, si tenemos una memoria “ilimitada”, ¿por qué
olvidamos?
2. OLVIDAR AYUDA
A APRENDER:
Respondiendo
al punto anterior, el olvido es la llave maestra para seguir aprendiendo y
memorizando cosas nuevas, no olvidar como eliminación absoluta del recuerdo, sino
aparcándolo para dejar espacio a cosas nuevas que nos servirán en ese momento (como,
por ejemplo, saber dónde hemos dejado por última vez el móvil, o donde hemos
quedado esta noche). Por supuesto, los recuerdos más recientes son a los que
más prioridad da nuestro cerebro.
3. LOS RECUERDOS
“PERDIDOS” PUEDEN VOLVER:
Luego,
por otra parte, está el hecho de que olvidar no es un término absoluto, y los
recuerdos no se borran, sino que se vuelven menos accesibles, como he dicho en
el primer punto, y pueden recuperarse. Incluso cualquier anécdota de la que no
has hablado en los últimos 10 años sigue ahí, esperando, y puede recuperarse, incluso
volver a recordarse más rápido que aprender nueva información (recordemos
el hecho de que “nadie olvida como montar en bicicleta”).
4. RECORDAR
VIEJOS RECUERDOS LOS ALTERA:
Aunque
los recuerdos no se olviden por completo, con el paso del tiempo, y al intentar
recordarlos, sí que se pueden alterar. Es más, si grabamos una escena con una
cámara mientras vemos que pasa, y luego intentamos recordar esa escena al día
siguiente, a la semana, y al mes, veríamos que poco a poco nuestra mente va
introduciendo cambios y “recuerdos inventados” que alterarían la
escena en comparación con la grabación. La memoria es buena, pero no perfecta . Incluso, hace poco, os explicamos cómo unos
científicos habían sido capaces de introducir falsos recuerdos en el cerebro.
5. LA MEMORIA ES
INESTABLE:
Como
hemos visto en el punto anterior, la memoria no es para nada perfecta, en
definitiva, es inestable, aunque pensemos a menudo que esto no es así. Siempre
pensamos que habrá cosas que nunca olvidaremos, y siempre se acaba olvidando
(por eso tienen tanto éxito los post-it y las alarmas de los móviles
actualmente). Y, por esto, muchas veces los estudiantes subestimamos a
nuestra propia memoria, para luego percatarnos de los sustos que nos vienen
encima.
MÁS INFORMACIÓN:
Curiosidades sobre el
cerebro humano:
Considero que no todo lo que pasamos día a día es importante para la memoría, por eso la memoría a corto plazo solo almacena cierta información relevante, imaginemonos? de caso contrario habría un colapso.
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